25 de noviembre de 2016

El sustituto (Brenna Yovanoff)


A pesar de que el apellido Yovanoff nos trae reminiscencias rusas, estamos ante una joven autora americana (de California para más señas). Si hace décadas, los escritores se forjaban a sí mismos, y sólo eran unos pocos los elegidos, hoy en día los tiempos cambian, hay una especialización del oficio de escritor, así autores como Brenna Yovanoff, con estudios universitarios de literatura creativa a sus espaldas, son una muestra de la profesionalización del sector, inevitablemente abocado a lidiar con los problemas y oportunidades que ofrece la publicación digital.

"El sustituto" (2010), es su primera novela, elogiada y galardonada por la crítica, ha servido de trampolín para darse a conocer y colocar sus obras entre las listas recomendadas de Amazon.

Cada siete años en el pueblo de Gentry un bebé es sustituido por "otra cosa". Mackie, el protagonista, es una de esas otras cosas, un ser distinto en un mundo que no es el suyo. El joven es alérgico a la sangre y los objetos metálicos, lo que hace que su vida cotidiana sea un suplicio.

"En la cuna, el niño llora de esa forma angustiosa y tensa. Su rostro reluce entre los barrotes. El hombre entra por la ventana -huesudo, con abrigo negro- y coge al niño. Escapa sigilosamente, dejándose resbalar sobre el alféizar, cierra la ventana, vuelve a colocar la mosquitera. Ya se ha ido. En la cuna hay otra cosa."
(Cita de "El sustituto" de Brenna Yovanoff)

Tate, una amiga de Mackie pierde a su hermana pequeña. Los "otros" se la han llevado, y la chica intuye que Mackie sabe algo y puede ayudarle a recuperarla. Pese a hacerse el remolón, el joven acaba enamorándose de Tate y decide ayudarle, para ello tendrá que descender al submundo de dónde procede, allí tendrá que lidiar con oscuros y peligrosos personajes.

Una novela diferente, un terror que se escapa de los cánones y las hormas establecidas. Brenna Yovanoff utiliza un estilo directo y ligero para el lector, creando un mundo propio, con unos personajes bien definidos y bastante originales. Aún así, la autora juega tanto con la ambigüedad de lo que le sucede al protagonista, que el lector acaba echando de menos algo de más de concreción.

Al final queda un regusto de haber leído una mezcla de fantasía oscura y novela juvenil salpimentada con toques románticos. Entiendo que este estilo tiene su salida hoy en día, aunque no sea precisamente santo de mi devoción.

Nota: 7/10

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