10 de febrero de 2017

El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde)


En retrato de Dorian Gray (año 1890) puede considerarse como uno de las últimas obras catalogadas como terror gótico. Alejada del estilo cargante y pomposo de gótico típico, no carece, sin embargo, de cierto tufillo aristocrático y elitista de la época, normal, al fin y al cabo, Oscar Wilde reflejaba los usos y costumbres de la sociedad del momento.

El autor elucubra sobre la juventud, el culto a la belleza material, y el precio que estamos dispuestos a pagar para mantenerla durante el mayor tiempo posible. ¿ Terror ?, entre poco y nada, a menos que nuestra mayor fobia sea la inevitable vejez.

Dorian Gray es un agraciado y bello joven, uno de sus mejores amigos es pintor, y decide obsequiarle con un retrato suyo. Al recibirlo, Gray piensa en voz alta lo bueno que sería mantener para siempre la belleza de juventud, y que fuera el retrato el que envejeciera por él. A veces, sin saber porque, lo deseos se cumplen, y como si de una maldición se tratara, pasan los años sin que Dorian Gray acuse el paso del tiempo, mientras el cuadro se va transformando y deteriorando con los años.

Gray se enamora de una actriz de teatro, pero la rechaza con crueldad tras comprobar que el amor que sentía hacia ella era una ilusión. La joven, destrozada por el brutal desengaño amoroso, se suicida, creando un fuerte cargo de conciencia en Gray, que a partir de entonces convierte su vida en una espiral de mentiras, contradicciones y muertes.

Horrorizado ante la transformación del retrato, lo oculta; aún así, no puede dejar de sucumbir ante su influjo. Años más tarde el propio pintor convence a Gray para que le muestre el cuadro, este, reticente a ello, claudica y su amigo queda aturdido cuando comprueba con horror la transformación de la figura que había pintado. Gray siente la necesidad de acabar con la vida del pintor y borrar toda huella que relacione su vida con ese retrato, y así lo hace.

Años más tarde, Gray vive mortificado por sus propios pensamientos, aislado por sus propios amigos, y perseguido por el hermano de su primera novia, los acontecimientos se acelerarán hacia un final inesperado.

Novela un tanto soporífera para el lector actual. Muchos diálogos de situación y poca acción. Un clásico de la literatura del género que nos transporta a la alta sociedad inglesa de hace un siglo. Un estilo bastante plano, sin sobresaltos, que invita el lector a echar una cabezadita entre página y página, un contenido que hoy en día no inmuta ni a un joven lector, pero que en su época sirvió a los jueces para declarar a Wilde homosexual (entonces era delito castigado con cárcel). El autor fue sentenciado a dos años de trabajos forzados, y como prueba de su desviación sexual indicaron algunos pasajes del libro donde Dorian Gray y su amigo pintor dejan entrever algo más que una casta amistad. A pesar de que Wilde alegó a su favor que lo que escribía no tenía porque guardar ninguna relación con su vida real, los jueces fueron implacables. 

Y nos quejamos de la censura hoy en día.

Nota: 6/10

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