21 de mayo de 2016

El país de octubre (Ray Bradbury)


Ray Bradbury fue uno de esos escritores con el don de hacer la escritura fácil, de plasmar ideas y vivencias de su propia vida de forma sencilla, transformándolas en breves relatos y novelas con un estilo que acaba dejando huella en el lector. Bradbury no deja a nadie indiferente, y de cada una de sus historias podemos extraer una buena moraleja o intuir una despiadada crítica al sistema.

"El país de octubre" es una recopilación de 19 relatos cortos publicados en la etapa de la juventud del autor. Bradbury nació en 1920 y los relatos fueron escritos desde 1943 a 1954, una época en guerra y de post-guerra muy dura, que a la postre, fue la amarga simiente que acabó dando sus frutos en la excelente cosecha de títulos recogidos en la década de los 50.

Si fuera doctor diría que los relatos de Bradbury son como píldoras, y que es aconsejable tomar al menos una al día en ayunas y otra después de las comidas. 19 píldoras ordenadas de más sabrosa a menos (según mi propio gusto claro):

Imprescindibles

El emisario (1947)
El lago (1944)
Tocados por el fuego (1954)
El siguiente en la fila (1947)
La guadaña (1943)
El pequeño asesino (1946)
La multitud (1943)
El esqueleto (1945)
Había una vez una vieja (1944)

Menos imprescindibles

El enano (1954)
La jarra (1944)
La caja de sorpresas (1947)
El hombre del primer piso (1947)
La alcantarilla (1947)
Reunión en familia (1946)
La maravillosa muerte de Dudley Stone (1954)
El tío Einar (1947)
El viento (1943)
La desvelada ficha de póquer de H.Matisse (1954)

Bradbury deja patente cuales fueron las fobias y obsesiones que le persiguieron desde su niñez: Las ferias, los esqueletos, los vampiros, la pérdida de la infancia, y las guerras, son temáticas recurrentes en sus relatos.

Bradbury amaba escribir, si sois admiradores de este autor podéis echar un vistazo al libro "Zen en el arte de escribir", un conjunto de artículos donde Ray explica lo que la escritura supuso para él, la necesidad de plasmar en palabras sus pensamientos, y la válvula de escape a la que recurrir en los momentos difíciles. Un ejemplo a seguir, sin duda, por aquellos escritores que empiezan y necesiten un buen espejo donde mirarse.

Si no te emocionas con el relato "El emisario" tu corazón es de piedra granítica.

Nota: 7/10

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