28 de octubre de 2016

La dama del sudario (Bram Stoker)


Continuamos nuestro viaje por la literatura de terror de todos los tiempos, hoy el salto temporal nos retrotrae un siglo atrás -1909-, hasta una de las obras menos conocidas de Bram Stoker "La dama del sudario". Empeñados en conocer más sobre el legado del autor del legendario Drácula, ya tuvimos entre nuestras manos "La madriguera del gusano blanco", una pequeña decepción si la comparamos con el gran chasco de la lectura de La dama del sudario.

Rupert, un intrépido joven británico hereda una inmensa fortuna y un hermoso castillo en unas lejanas tierras balcánicas llamadas -Las montañas azules-, territorio fronterizo con múltiples países y amenazado de forma constante por el imperio turco.

Hasta allí viaja para poner en orden los asuntos financieros y se involucra en la lucha contra los turcos. Todo discurre con normalidad hasta que algunas noches recibe la visita de Teuta, una misteriosa dama envuelta en un sudario (una mortaja). Rupert acaba enamorándose de la joven, pero no puede soportar que Teuta desaparezca por la mañana, de manera que sus indagaciones le llevan hasta una antigua iglesia donde descubre a la dama envuelta en el sudario, dentro de un pétreo sarcófago tapado por un grueso cristal.

Rupert sospecha que Teuta es un vampiro, todo encaja, sólo aparece por la noche; por el día se oculta en el oscuro sarcófago, y ese sudario parece indicar que ella está muerta.

Dejamos en el aire el desenlace por si algún osado lector se atreve a terminar el libro, pero advierto que la segunda mitad del relato no incorpora ningún elemento sobrenatural, la historia se convierte en una narración histórico-militar de lo más aburrida.

El libro cuesta de leer, primero porque la historia esta relatada a base de retazos de las cartas enviadas entre los personajes y extractos de los diarios escritos de los mismos. El estilo de Stoker es recargado, impropio incluso para la época en que fue escrito, los personajes son planos y esteriotipados hasta la saciedad, el movimiento feminista actual pondría el grito en el cielo al comprobar el rol que Stoker le adjudica a las mujeres en su obra. A todo ello le sumamos un cargante y constante exceso de información que no aporta nada a la trama, que desespera al más paciente lector, y que sólo invita a la lectura a los estudiosos y entusiastas más acérrimos del autor.

La próxima lectura de Stoker será Drácula, lo prometo.

Nota: 3/10

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