5 de mayo de 2016

Cuando sopla el viento (John Saul)


Ha pasado un año desde la última reseña de John Saul "Dejad a los niños", hoy bajamos al lóbrego sótano, donde atesoramos, en nuestra bodega particular, los mejores caldos a la espera de ser catados, y descorchamos otra de sus obras: "Cuando sopla el viento" cosecha de 1981.

No se si ha sido casualidad o que a John Saul le gusta contar entre los personajes de su obra a niños pequeños, el caso es que así es, y en "Cuando sopla el viento" los niños vuelven a ser los protagonistas de la historia.

La trama arranca en el año 1910 cuando la mina Amberton sufre un terrible accidente y muchos mineros mueren atrapados en su interior. Edna pierde a su marido en el incidente y cincuenta años después en un intento de reabrir la mina muere otro hombre dejando a Christie, una niña de nueve años, sola en el mundo. Diana, la hija de Edna la acoge como una hija en su propia casa.

La relación entre Edna, Diana y Christie comienza a distorsionarse conforme algunas muertes de niños van sucediendo en el pueblo. Los recuerdos de Diana son confusos, y su comportamiento se vuelve agresivo... cuando sopla el viento.

Una vieja leyenda apunta a que cerca de la mina los indios enterraban a los niños que morían al nacer, y que cuando soplaba el viento se podía escuchar su llanto. Edna propone dinamitar la mina para acabar con todos los problemas y supersticiones, ¿ será suficiente para acabar con la maldición de la mina ?

John Saul dibuja de forma maestral una relación de dominación entre madre y hija, todo apunta a que la violencia de la hija proviene de ese maltrato infantil, pero conforme el lector avanza en la trama la relación va dando un giro radical demostrando que, a veces, la realidad más evidente no siempre es la verdad absoluta.

Nuestro añejo de 1981 ha resultado tener un profundo aroma y regusto final, quizá no muy fresco en boca, algo ácido al paladar, pero que nos deja reminiscencias delicadas de otros autores que también salpicaron sus relatos de niños, Stephen King o Henry James sin ir más lejos.

Nota: 7/10

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