28 de febrero de 2016

Duma Key (Stephen King)




Me costó acabar Duma Key, y no precisamente porque fuera aburrida, sino por su larga extensión (más de 200.000 palabras) y su ritmo lento de acción, típico de Stephen King eso de cocer al lector "a fuego lento".

La historia comienza con el accidente de Edgar Freemantle que le causa la amputación de su brazo derecho y daña la parte de su cerebro relacionada con el habla. A partir de ese día la relación con su mujer se vuelve violenta y tiránica, lo que acaba con su matrimonio y con la prescripción médica de alejarse a algún lugar apartado y relajante.

Ahí es dónde entra Duma Key, un lugar retirado de la costa de Florida, una casita en la playa, y mucho tiempo para pensar. Allí Edgar comienza su recuperación física, en uno de sus paseos playeros conoce y entabla amistad con Wireman, su único vecino y cuidador de la anciana Elizabeth Eastlake, propietaria de todos los terrenos de la zona y sufridora de un incipiente alzheimer.

Edgar comienza a padecer intensos picores en su brazo amputado que llega a sentirlo como si aún fuera real, sólo hay una manera de calmar ese terrible picor: pintar cuadros. El problema es que Edgar no es consciente de lo que pinta, es sumido en un frenesí artístico que le lleva a producir una serie de cuadros subrealistas.

Las pinturas parecen querer contar una historia, algo que sucedió en Duma Key mucho tiempo atrás, algo que sólo Elizabeth recuerda, la trágica desaparición de sus hermanas gemelas y la extraña relación con un tesoro desenterrado en la antigua mansión Eastlake. 

Los cuadros de Edgar tienen un atractivo especial, gustan a todo el público, y tras una exposición en la ciudad todo el mundo decide llevarse uno. Edgar se da cuenta tarde de que Duma Key oculta algo maligno, y que sus cuadros están devolviendo a la vida a un antiguo ser maligno que ha estado enterrado y latente durante muchos años.

¿Conseguirá Edgar con la ayuda de Wireman salvar a su familia y a sí mismo de "Perse", la criatura que ha vuelto a la vida?

Merecida ganadora del Bram Stoker Award de 2008, Duma Key es un grandioso esfuerzo de King por unificar bajo una misma novela conceptos tan dispares como el arte de pintar un cuadro, el mito de Persefone, y teorías médicas como la del área de broca del cerebro, o la de los miembros fantasma en las amputaciones.

El resultado es un libro que va de menos a más entrelazando todas las urdimbres de las tramas secundarias con la principal, y culminándola con un final digno del sello King.  

Nota: 8,5/10

16 de febrero de 2016

Pirofobia (Jack Lance)



El escritor holandés Jack Lance no duda en reconocer que dos de sus autores preferidos, y que más han influido en él, han sido Stephen King y Dean R. Koonz, por ello se siente orgulloso de que tras algunos de sus éxitos en el género del terror se ganara el apodo del "El Stephen King holandés", un mote que le queda algo grande si nos centramos en la novela que reseñamos hoy: "Pirofobia".

La novela se centra en la historia de Jason Evans, aunque el autor nos la narra el tercera persona, a mi juicio hubiera sido más acertado el relato directo en primera persona, y por ello la trama pierde algo de fuerza.

Jason lo tiene todo: un buen trabajo, Kayla su mujer que le ama, una bonita casa, lo que viene a ser, una vida demasiado bonita para ser verdad. El castillo de naipes de la felicidad se resquebraja cuando comienza a recibir una serie de enigmáticas fotos Polaroid donde se aprecia una tumba. A partir de recibir esas anónimas fotos, su fobia al fuego (pirofobia) latente durante muchos años de su vida comienza a florecer de nuevo, las pesadillas le atormentan y decide utilizar la regresión hipnótica para desvelar el origen de su fobia.

Sus investigaciones le llevan a un cementerio donde encuentra la lápida de la fotografía con tres nombres inscritos. Todo se tuerce cuando su mujer es brutalmente atacada y él secuestrado, entonces Jason averiguará las mentiras de su existencia y las razones de su pirofobia.

Un final bastante forzado, Sr. Jack Lance, con todos mis respetos, no es muy aconsejable que los protagonistas de la novela aparezcan de la nada después de haber estado ausentes el 80% de la historia, es más, ni aconsejable, ni creíble para el lector, que a pocas páginas del final sigue descubriendo nombres de personajes nuevos.

Nota: 4/10

11 de febrero de 2016

El quinto hijo (Doris Lessing)


Hoy desplegamos la alfombra roja para recibir como es debido a Doris Lessing (1919-2013), casi con toda seguridad, el único premio nobel de literatura que desfile por nuestro blog, y es que el género de terror no ha sido nunca bien tratado por la academia sueca.

2007 fue el año del controvertido galardón, cuando muchos escritores y gente del mundillo editorial se llevaron las manos a la cabeza al escuchar que Doris Lessing salió triunfadora.

"El quinto hijo", novela corta de 1988 de la autora, es una historia inquietante de terror cotidiano, es decir, algo que nos puede pasar a cualquiera de nosotros en cualquier momento de nuestras vidas, y que supone replantearnos todas las cosas conocidas.

Harriet y David, un matrimonio feliz y ejemplar, con una vida tan corriente como la de cualquier familia media, deciden que su felicidad pasa por tener una familia con muchos hijos, cuantos más mejor. Las cosas van por su cauce normal hasta la llegada de su quinto hijo, un embarazo problemático y el nacimiento de Ben; un extraño bebé comienzan a minar los cimientos de la feliz familia.

Llegó el "bebé Neanderthal", el "trol", el "duende", el "gnomo", resultado de una mutación genética primitiva. No deseado, no esperado y definitivamente no amado, que supone un cambio radical en la vida de la familia Lovatts.

Ben parece no tener sentimientos, no se comunica con nadie y revela tendencias violentas. Eso hace que Harriet y David, presionados por el resto de sus familias, deciden ingresar a Ben en una institución "especial". La familia vuelve a la senda de la felicidad por un tiempo, pero a Harriet le remuerde la conciencia y decide un día ir a visitar a Ben; las condiciones en que tienen a la criatura son infrahumanas, y Harriet arrepentida vuelve a traer al niño a casa.

Ben crece al mismo tiempo que los problemas se multiplican, ¿ Podrá la familia convivir con Ben ?, o quizá, ¿ Ben acabará con la convivencia familiar ?

Cuando cientos de expertos buscaban la moraleja filosófica de la novela de Lessing, la autora se vio obligada a aclarar sus motivaciones, al parecer el niño Ben representa las guerras que vienen a truncar la normalidad de las hombres, representan la maldad y nadie sabe como manejarse en esa situación.

A veces los horrores cotidianos sobrepasan a los de ficción.

Nota: 6,5/10

9 de febrero de 2016

La fábrica de pesadillas (Thomas Ligotti)


Reconozco que no sabía nada de Thomas Ligotti (1953-?) hasta esta semana. Cuando vi que a su obra la calificaban como "horror filosófico" o "tono oscuro", y que el Washington Post reseñaba ésto: "Se trata del secreto mejor guardado de la literatura de terror contemporánea", me puse como deberes leer algo de éste autor.

"La fábrica de pesadillas" es un lote de relatos de Thomas Ligotti, que como su nombre indica, parecen transcripciones directas de pesadillas y sueños extraños del propio autor (o eso, o Ligotti tiene una portentosa imaginación).

Ligotti ha reconocido que desde joven ha sufrido trastornos de ansiedad, los cuales han marcado su estilo narrativo y su obra en general, la duda que nos queda es que no sabemos que fue primero, los ataques de ansiedad degeneraron en pesadillas, o las pesadillas fueron la causa de los ataques de ansiedad (al parecer las drogas tuvieron también algo que ver).

Enumero los relatos en el mismo orden que los encontramos en esta compilación, con su calificación, el título y un breve chascarrillo de mi propia cosecha que da idea del argumento.

(6) En retozo: El colmo de un psiquiatra de prisiones.
(6) El último festejo de Arlequín: Inquietantes payasos.
(3) La sombra en el fondo del mundo: Una sima de negra malignidad. 
(2) Teatro Grottesco: Grotesco parece ser la palabra favorita de Ligotti.
(6) El arte perdido del crepúsculo: Los vampiros no pueden faltar.
(7) El doctor Voke y el señor Veech: Marioneta diabólica.
(8) El manicomio del doctor Locrian: Conviene no desenterrar a los locos.
(5) La secta del idiota: Divagaciones sobre la locura y las pesadillas.
(4) La música de la luna: Concierto de capullos.
(3) Vastarien: El libro maldito.
(3) Los anteojos del cajón: Todo depende de la óptica de como se mire.
(3) Nethescurial: La isla y el ídolo perdidos.
(3) A la sombra de otro mundo: La casa encantada.
(2) La escuela nocturna: Indefinible relato.
(4) El glamour: Esto si que es cine de terror.
(3) La señorita Plarr: Recuerdos de una tutora muy particular.
(2) La medusa: A la búsqueda de Medusa entre libros y bibliotecas.
(6) El Tsalal: El advenimiento de la oscuridad.
(3) La voz de los huesos: Polvo somos y en polvo nos convertiremos.
(5) Severini: Ligotti en lucha contra sus propias pesadillas.
(6) Las ferias de gasolinera: Pesadilla sin plomo, por favor.
(7) El bungalow: El que susurra a las grabadoras.
(6) La torre roja: Terror industrial.

El estilo narrativo de Ligotti es directo, los diálogos están muy conseguidos, y las atmósferas grotescas perfiladas a la perfección, pero hay un problema, las pesadillas, como su nombre indica, son pesadillas, y los argumentos dentro de los relatos están muchas veces deshilachados y difuminados, hasta el punto de acabar alguna historia con el sentimiento de no haber entendido nada. Un ejemplo de disquisición filosófica difícil de seguir:

"La vida es la pesadilla que te marca para demostrar, de hecho, que es real. Y sufrir una lectura solitaria parece la alegría del paraíso cuando lo comparamos con las condiciones extraordinarias en las que la propia locura de uno solo es el reflejo de la del mundo exterior."
(Cita de La fábrica de pesadillas de Thomas Ligotti).

He de confesar una cosa: Me dormí varias veces leyendo "La fábrica de pesadillas", cuando llevaba tres o cuatro relatos navegando por los mundos imaginarios de Ligotti, con poca o nula acción de los personajes, caí en una modorra considerable, y es inevitable dar alguna que otra cabezada con sueño plácido o pesadilla incluida, eso depende del lector, en mi caso no tuve ninguna pesadilla oscura, al parecer, contra más terror leo más a pierna suelta duermo.

Ligotti mismo confesó que prefiere el formato de cuento al de novela, a mi juicio una pena, ya que una mega-pesadilla de Ligotti en forma de novela larga a buen seguro tendría su sitio entre los grandes de la literatura de terror de todos los tiempos. Sin duda sería una obra "Grotesca".

Nota: 5,5/10

5 de febrero de 2016

El horla (Guy de Maupassant)


Guy de Maupassant está considerado como uno de los escritores más influyentes del siglo XIX, su obra incluye seis novelas y unos trescientos cuentos (su gran especialidad), así como obras de teatro, libros de viaje y poesía.

Su escritura es sencilla y sin rodeos, pocas veces se involucra con sus personajes, más bien los deja a su suerte. Su carácter pesimista, misógino y algo antisocial le llevo por una vida de excesos sexuales y de abusos de drogas, que le hacían sufrir alucinaciones que de rebote le servían para inventar relatos sorprendentes.

"El horla" es considerado su obra maestra del género de terror, creado en 1887, escribió una primera versión en tercera persona, pero dándose cuenta de que a la narración le faltaba fuerza, escribió otra versión más extensa en primera persona en el formato de diario del personaje principal.

En "El horla" el protagonista relata el creciente desasosiego que sufre. Primero detecta la presencia de un ser invisible que aparece por las noches, duda que pueda tratarse de sí mismo sonámbulo, así que prepara algunas trampas para despejar esa incógnita, definitivamente, hay una presencia externa.

En algunos puntos de relato el autor describe al Horla como una criatura invisible que subyuga las mentes, y que parece ser la vanguardia de una horda de organismos extraterrestres llegados a la tierra para reemplazar al hombre, aquí Maupassant inventa, sin saberlo, el terror cósmico medio siglo antes que Lovecraft.

La mente del protagonista llega a un punto donde le resulta difícil discernir entre lo real y lo imaginario, nuevos fenómenos extraños suceden: una rosa flotando en el aire, un libro cuyas páginas se mueven solas, al punto que la víctima decide acabar con el ser de forma tajante. ¿ Lo conseguirá ? ¿ Logrará escapar de esa espiral de locura ?

Maupassant atacado por graves problemas nerviosos, paranoias y esquizofrenia heredada, agravados por la sífilis intenta suicidarse cinco años después de escribir este relato. El propio escritor lo confesó por escrito: «Tengo miedo de mí mismo, tengo miedo del miedo, pero, ante todo, tengo miedo de la espantosa confusión de mi espíritu, de mi razón, sobre la cual pierdo el dominio y a la cual turbia un miedo opaco y misterioso»

Un relato que influyó en Lovecraft tal y como dejó patente en su ensayo sobre el horror sobrenatural en la literatura. A mi juicio Lovecraft acusó de forma injusta a Maupassant cuando afirmó que sus ideas eran efusiones morbosas de una mente en estado patológico, y no el producto de una mente imaginativa capaz de fantasear con nuevos mundos desconocidos, en otras palabras, que si no hubiera ido hasta arriba de cocaína no hubiera generado su obra literaria.

Con toda mi humildad, creo que Lovecraft se equivoca con Maupassant, todos podemos tener ideas, pero muy pocos somos capaces de escribirlas como Guy de Maupassant, con un estilo, me atrevo a decir, más fresco y cercano a nuestro tiempo que el del propio Lovecraft.

Nota: 7/10

La joven ahogada (Caitlín Kiernan)


Kiernan afirmó claramente en su blog: «Me estoy cansando de decirle a la gente que no soy una escritora de "terror". Me cansa que la gente no me escuche o no me crea. La mayoría parece recelar de mis motivos».

«Nunca he tratado de engañar a nadie. He afirmado que no escribo obras de "terror". Lo he dicho un millón, mil millones de veces». «No es que no haya fuertes elementos de terror presentes en gran parte de mi escritura. Es que el terror nunca predomina en ellas. Pueden llamarlo ficción psicológica o ficción fantástica. No creo en el terror como género; pienso en él —parafraseando a Doug Winter— como en una emoción, y ninguna emoción exclusiva ha copado jamás mis ficciones».

Dicho ésto, y después de leer a Kiernan estoy de acuerdo con la autora, no entiendo porque "La joven ahogada" fue ganadora del Bram Stoker Award en 2012 y nominada a los premios Nébula y Locus, lo que da una idea de que la novela se mueve entre losgéneros de fantasía, realismo y terror, pero que no se puede encasillar de forma clara en ninguno de ellos.

"La joven ahogada" es un libro complicado de leer, la autora introduce a Imp, una joven que se define a sí misma como paranoica y con antecedentes familiares de locura. Imp a su vez intenta escribir un relato de fantasmas relacionado con un cuadro de un antiguo pintor que muestra una joven desnuda adentrándose en las profundidades del agua.

Imp es lesbiana y convive con Abalyn, una blogera que se gana la vida escribiendo reseñas de video-juegos. Su relación se deteriora cuando Imp trae a Eva Canning a casa, otra joven que Imp rescata de la calle (o más bien del agua), y cuyo pasado familiar también está relacionado con muertes por ahogamiento en el mar. 

Para complicarlo aún más hay dos Eva Cannings, y no queda claro si son reales o imaginarias, entre tanto, la autora disfruta torturando al lector mediante saltos temporales y cambios de voces narrativas. Con este libro tengo la sensación de que intento aferrarme a un hilo argumental sin conseguirlo, que soy un corcho flotando a la deriva en el mar de Kiernan, y que el que se ahoga soy yo.

Imp además juega el rol de profesora de escritura y salpica sus relatos con consejos de cómo se debe escribir un relato de fantasmas, sugiere aquello que funciona y lo que no sirve en las historias de terror, lo que demuestra que la autora conoce tan bien el género que se permite el lujo de jugar con él igual que un felino lo haría con una madeja de lana.

No apto para lectores ávidos de acción y sangre, "La joven ahogada" es un retrato intimista donde se diseccionan los miedos y paranoias de sus protagonistas, que en el fondo suelen ser los mismos que los del propio autor.

Kiernan mete en la batidora sirenas, la caperucita roja, fantasmas, esquizofrenia, tiburones, lobos y tendencias suicidas, le da al "on" y el resultado es "La joven ahogada", un libro para un público muy concreto, que no suele ser el típico lector de novelas de terror.

Nota: 3/10

1 de febrero de 2016

El último escalón (Richard Matheson)



No podía ser de otra forma, Matheson tenía que volver a pasar tarde o temprano por nuestras manos, y es que "Soy Leyenda" es uno de los libros que deja huella en el lector. 

"El último escalón" 1958, está escrito cuatro años después de su obra maestra, en una demostración de lo camaleónico que es este autor, igual nos impresiona con un mundo apocalíptico repleto de vampiros, o se atreve con los fantasmas como en esta novela que reseñamos hoy.

¿ Dije fantasmas ?, sí, los hay, al menos uno, pero "El último escalón" no es una novela de fantasmas, es una historia sobre las capacidades psíquicas humanas, un canto a la vulnerabilidad de los individuos ante la simple posibilidad de conocer lo que piensan los demás, el auténtico horror de mostrar los pensamientos de las personas sin ningún filtro, sin las capas de hipocresía, educación, cultura, que arrastramos de forma constante.

El relato de los hechos contado en primera persona por Tom Wallace nos sitúa en una típica urbanización americana de casitas de los años cincuenta, amas de casa preparando tartas de manzana y maridos cortando el césped en pijama, todo idílico, una gran comunidad, sin embargo las cosas no son lo que parecen, cada familia guarda sus secretos íntimos.

En una de las típica reuniones familiares el cuñado de Tom propone hipnotizar a una persona a modo de juego, sin saber muy bien donde se mete, y suponiendo que eso no va a funcionar con él, Tom acepta el reto de ser hipnotizado. Nadie lo esperaba, pero el experimento funciona y después de echarse unas risas a su costa la velada finaliza y todos vuelven a sus respectivas casas.

Tom empieza a notar molestias por la noche, no puede dormir y se levanta para tratar de despejarse. Sentado en el sillón del salón no puede creer lo que ve, una figura de mujer se muestra de forma clara ante él, no dice nada, sólo está ahí, y tal y como viene se va. A la mañana siguiente Tom duda de si lo que vio fue real o un sueño, su mujer Anne es escéptica al respecto.

Otro cambio que experimenta Tom es que su mente parece funcionar como una antena de radar, y es capaz de captar los pensamientos de todas las personas cercanas a él. Su mujer comienza a asustarse de estas capacidades cuando Tom demuestra que sus predicciones no son casualidad, al parecer su nuevo don trae más problemas y responsabilidades que alegrías.

Tom lleva en sus hombros el peso de conocer todos los secretos de sus vecinos, y todos sus pensamientos, es una tarea que no ha pedido y que por momentos puede llegar a ser una carga intolerable, sin embargo esa nueva cualidad puede ayudarle a desvelar el misterio del fantasma de la mujer que ve en repetidas ocasiones.

Cuando en la década de los cincuenta todos los autores de terror mostraban los miedos de la época (apocalipsis nucleares, invasiones del espacio, experimentos genéticos), Matheson de forma magistral retoma los miedos internos del hombre, los que surgen del interior de su propia psique, y de forma hábil expone sus miserias a los lectores ávidos de otro tipo de terrores.

Se lee fácil, el estilo de Matheson no se anda con rodeos y va siempre al grano, pero para los ansiosos que no quieran gastar cuatro horas de su vida leyendo existe una versión de la novela en la película de 1999 protagonizada por Kevin Beacon con el mismo nombre que el libro.

Nota: 6/10